El caso que conmocionó a toda España sobre unas supuestas sedaciones irregulares a enfermos, no en todos los casos terminales, que costó la destitución del Jefe de Servicio de Urgencias de dicho hospital y de casi todo el equipo del mismo, hablaba de unos 400 casos en los que se aplicó la sedación a enfermos que o bien no eran casos terminales, o bien las dosis que se les aplicó fueron excesivas, es decir; lo que en medicina se denomina mala praxis.
Y todo vino a consecuencia de un denunciante anónimo que envió una carta-denuncia a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en la que hablaba de más de 400 casos de eutanasia (para ahorrar costes económicos, según el denunciante) la Consejería nombra un comité para el estudio de los casos que sólo encuentra 87 irregularidades administrativas (de papeleo) no obstante, la Consejería de Sanidad decide remitir la denuncia al Juzgado correspondiente, y el tema, sin saber como, se filtra a la prensa.
Sin haber dado tiempo a que el juzgado hiciera ni siquiera unas mínimas indagaciones, se destituye al medico jefe de urgencias y a parte del equipo, poniendo en entredicho la labor de todo el personal sanitario y… se pone a los familiares de esos pacientes terminales que habían sido sedados, con el alma en un puño, preguntándose si hicieron bien, si en verdad eran terminales, etc.
Es decir, se creó una alarma social tal, y un sufrimiento para esos familiares y para los que después tuvieron que pasar por ese trance que pasará mucho tiempo antes de que se logre erradicar.
En su momento, la Fiscalía no vio caso, los informes de los perítos (dirigidos en todo momento por la Consejería de Sanidad) fueron parciales y de parte, hasta que al final, el juez dictó un Auto de Archivo, aunque bien es cierto que con algún juicio marginal que hablaba de mala praxis.
Los absueltos recurrieron (es algo poco común, el que los absueltos recurran el archivo de una causa penal) hasta que ahora, como digo, la Audiencia Provincial ha dictado un Auto, en el que reprocha al juez que archivó el caso, y al que se le ordena que borre del Auto toda mención a mala praxis además de sus opiniones infundadas.
Pero el daño estaba hecho, y no sólo para el personal médico, también para los pacientes, porque que a partir de entonces en cualquier centro hospitalario el tema de sedar a un paciente en estado terminal pasó a ser un tema tabú, y se dejó de practicar, por lo que muchos pacientes fallecieron entre tremendos dolores que podían y a mi juicio debían, haber sido aliviados.
“La sedación pasó a ser una práctica sospechosa y eso hizo mucho daño”
Y es que desde que saltó el caso, la mayoría de los médicos dejaron de aplicar la sedación a los enfermos en estado terminal y el resto de cuidados paliativos a enfermos que los necesitan, en toda España, pero especialmente en la comunidad de Madrid, por temor no sólo a ser cuestionados, también denunciados, provocando un retraimiento en lo que ya estaba plenamente admitido, tanto por la sociedad, como por los colectivos de la medicina, como práctica asistencial correcta.
Los médicos, a pesar del archivo del caso hace unos meses, y la sentencia actual de la Audiencia Provincial, se lo piensan ahora dos veces antes de indicar una sedación, privando a muchos pacientes terminales de unas medidas que eviten su dolor, prolongando su agonía y su sufrimiento de forma innecesaria, y eso, según los expertos, si se puede considerar una mala praxis.
No voy a entrar por tanto a comentar la Sentencia, ni si los Médicos y resto de personal sanitario del Severo Ochoa deben pedir que se rehabilite su nombre, sólo pido que alguien reconozca públicamente, y alto y claro, que el daño también se les ha hecho a los familiares de esos pacientes (primero fueron 400 que después y en cuanto el Juzgado se puso a revisar los historiales, en una primer barrido se quedaron en 37 los que había que examinar más detenidamente, para al final … ni uno) que habían fallecido, sedados en ese hospital, y que a partir de entonces empezaron a tener, como es lógico, sus dudas, no sólo acerca de si la sedación fue o no indicada, también acerca de si su decisión de sedarlos fue acertada.
Tampoco es mi interés entrar en cuestiones políticas, pero el Gobierno Regional en este caso y dado que presume de respetar las decisiones judiciales, debería dejarse de ambigüedades y de comentarios tales como “que no haya podido probarse, no excluye que haya habido mala praxis” y reconocer que se precipitaron, al menos en hacerlo público, creando la tremenda alarma social que se creó, así los familiares podrían volver a dormir tranquilos, aunque nadie les vaya a reparar el daño que han sufrido durante todo este tiempo.
Acabo con una frase que le oí decir días atrás a un experto y que suscribo en todos sus términos,
“Cuando han de afrontar la muerte, lo que piden, tanto los pacientes como los familiares, es no sufrir. Es en lo que siempre insisten más”.
fuente:cajondesastres(wp)
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